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Artículo de opinión.
1.880.000 millones y 24 millones.
1880.000 millones son la cantidad de búsquedas que aparecen en google si pones terapias para superar la ciberadicción.
Maldita tecnología
Enfermedades de moda como la nomofobia, el miedo inexplicable a separarte del móvil.
La infoxicación –intoxicación por exceso de información.
La ‘whatsappitis’ –desgaste del tendón del pulgar producido por la forma de teclear.
El Síndrome del FoMO (Fear Of Missing Out) –cuando no dejas de comprobar qué está sucediendo en RRSS por miedo a perderte algo.
Espero que no, pero quizás has sufrido alguno de estos trastornos, yo desde luego sí.
Las redes sociales potencian la soledad del joven deprimido, aumentando el riesgo de suicidio. Según el doctor José Luis Carrasco, jefe de la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos y Catedrático de Psiquiatría.
El uso de la tecnología a veces ocasiona problemas para las gestiones cotidianas, casi todo el mundo conocemos la noticia del médico jubilado Carlos San Juan que reclamaba más cercanía y accesibilidad para las personas mayores en las gestiones bancarias, la digitalización de ciertos servicios ha aumentado la brecha digital para algunas personas.
Y estos problemas también a personas con discapacidad y otro tipo de colectivos. De acuerdo con el informe Keysight-Fundación Adecco Tecnología y discapacidad, el 55% de las personas discapacitadas encuentra barreras para utilizar las herramientas tecnológicas convencionales.
El uso de nuevas tecnologías podríamos decir que provoca un aumento de la frustración, la incertidumbre, falta de seguridad y dudas.
Sin embargo la tecnología también nos ha facilitado la vida.
Las bondades de la tecnología
Podemos ver las bondades de la tecnología desde lo más reciente, la pandemia Covid. Donde la tecnología ha ayudado a que muchos jóvenes pudieran continuar sus clases online. Ha combatido en cierta medida el aislamiento, haciendo que las familias se unieran a través de las pantallas. Por ejemplo, Según datos de Telefónica, en la semana del 9 al 15 de marzo el tráfico de WhatsApp creció un 698%
Existen momentos en los que la tecnología ha ayudado muchísimo, como el terremoto de 2015 en Nepal o los terremotos en Italia en 2016 donde las redes móviles fueron clave en la ayuda humanitaria. Proporcionando facilidades a la hora de comunicarse con familiares o servicios de emergencia, facilitando el acceso a la hora de buscar información, transferir dinero rápidamente donde se necesita, etc.
La tecnología tiene un papel positivo e importante en momentos de crisis, aunque al mismo tiempo la tecnología lleva asociados términos maliciosos y no tan positivos como los trastornos de los que he hablado al principio de este post o las manipulaciones electorales, fake news, etc.
Y qué decir de los 24 millones de puestos de trabajo que la Organización Internacional del Trabajo estima que podrían crearse en todo el mundo para 2030 si pasamos gracias a las nuevas tecnologías y a su uso, a una economía más ecológica mediante la adopción de prácticas sostenibles en el sector de la energía, el uso de vehículos eléctricos y el aumento de la eficiencia energética en los edificios.
Aunque al mismo tiempo tenemos estadísticas apabullantes con la gran cantidad de puestos de trabajo que se pierden por culpa de la tecnología.
Las tecnologías de diagnóstico por imagen han conseguido que el cuerpo humano sea prácticamente transparente para los profesionales y gracias a su uso, la mortalidad en ciertos procesos se ha reducido hasta un 55%. Según Neil Poe, uno de los autores de la investigación publicado en la revista Archives of Internal Medicine, estima así que, sólo con el uso de las TICs, se podrían salvar más de 100.000 de vidas al año.
Pero al mismo tiempo estas tecnologías son caras y sólo accesibles para ciertos países.
Por todas estas maldiciones y virtudes que la tecnología nos aporta opino que es importante reflexionar sobre ella. Abrir espacios de debate, formarse e informarse antes de utilizarla, antes de darlo por hecho, antes de creer que es algo que está ahí y punto.
“Antes de adquirir un gran poder debemos adquirir la sabiduría para poderlo gestionar”. * Ralph Waldo Emerson
Cada persona debe formarse su propia opinión, ¿qué es para ti la tecnología? ¿Qué son para ti las redes sociales? o los automatismos. ¿Pará que lo utilizas? ¿qué te dan y qué te quitan? ¿Lo quieres en tu vida y en tu negocio?.
Para mi cultivar el pensamiento crítico, dando prioridad siempre a la humanidad por encima de la tecnología es la respuesta, pero no tienes que ser la tuya.
Me considero una firme defensora de la sostenibilidad de las redes sociales. Y si bien vivo de formar y ayudar a marcas a utilizar el poder de las redes sociales para llevar a sus marcas al siguiente nivel, siempre lo hago sin sacar a las personas de la ecuación.
Soy consciente de que no es la única manera, sólo es mi manera.
Como persona y madre seguiré también esforzándome por mantener una educación en valores, en emociones, en relaciones, para no perder mi humanidad, aunque a veces sienta que lucho contra viento y marea.
Y aunque por supuesto, siempre podremos comprar un *phonekerchief para contrarrestar los efectos de la conexión 24×7, es mucho más fácil tomar la decisión de apagar el móvil un rato.
Y por si no te ha quedada clara la idea que aquí quiero compartir es, que amo la tecnología pero como la potencia, sin control no sirve de nada 😉 Y esto supone un esfuerzo, pero también un beneficio.
Estas ideas y reflexiones son fruto de un curso de comunicación en el que el tema era otro. Sólo quiero recordarme que gracias a Cristina, María y Coral he hilado mis pensamientos y los he podido compartir con quienes quieran leerlos. ¡Gracias chicas!
Fuentes:
https://jamanetwork.com/journals/jamainternalmedicine/fullarticle/414740
https://es.wikipedia.org/wiki/Neil_J._Salkind
https://www.elcorreo.com/tecnologia/internet/cuarentena-internet-20200421120933-nt.html